Al Difunto pobre

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A nuestro pobre entarraremos hoy:
a nuestro pobre pobre.

Tan mal anduvo siempre
que es la primera vez
que habita este habitante.

Porque no tuvo casa, ni terreno,
ni alfabeto, ni sabanas,
ni asado,
y asi de un sitio a otro, en los caminos,
se fue muriendo de no tener vida,
se fue muriendo poco a poco
porque esto le duro desde nacer.

Por suerte, y es extranho, se pusieron de acuerdo
todos desde el obispo hasta el juez
para decirle que tendra cielo
y ahora muerto, bien muerto nuestro pobre,
ay nuestro pobre pobre
no va a saber que' hacer con tanto cielo.
Podra ararlo y sembrarlo y cosecharlo?

El lo hizo simpre, duro
peleo con los terrones,
y ahora el cielo es suave para ararlo,
y luego entre los frutos celestiales
por fin tendra lo suyo, y en la mesa
a tanta altura todo esta dispuesto
para que coma cielo a dos carrillos
nuestro pobre que lleva, por fortuna,
sesenta anhos de hambre desde abajo
para saciarla, al fin, como se debe,
sin recibir mas palos de la vida,
sin que lo metan preso porque come,
bien seguro en su caja y bajo tierra
ya no se mueve para defenderse,
ya no combatira por su salario.
Nunca espero tanta justicia este hombre,
de pronto lo han colmado y lo agradece:
ya se quedo callado de alegria.

Que peso tiene ahora el pobre hombre!
Era de puro hueso y de ojos negros
y ahora sabemos, por su puro peso,
ay cuantas cosas le faltaron siempre,
porque este vigor anduvo andando,
cavando eriales, aranhando piedras,
cortando trigo, remojando arcilla,
moliendo azufre, transportando lenha,
si este hombre tan pesado no tenia
zapatos, oh dolor, si este hombre entero
de tendones y musculos no tuvo
nunca razon y todos le pegaron,
todos lo demolieron, y aun entonces
cumplio con sus trabajos, ahora llevandolo
en su ataud sobre nosotros,
ahora sabenis cuanto le falto
y no lo defendimos en la tierra.

Ahora nos damos cuenta que cargamos
con lo que no le dimos, y ya es tarde:
nos pesa y no podemos con su peso.

Cuantas personas pesa nuestro muerto?

Pesa como este mundo, y continuamos
llevando a cuestas este muerto. Es claro
que el cielo es una gran panaderia.

			Al Difunto pobre
			Pablo Neruda


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Espero les llegue tanto como a mi la pena
por los sinsabores de los que trabajan,
 y hoy no les pagan y manhana tampoco...
Cristina