Milonga del Solitario

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Me gusta de vez en cuando
perderme en un bordoneo
porque bordonenando veo
que ni yo mismo me mando.
Las cuerdas van ordenando
los rumbos del pensamiento.
Y en el trotecito lento
de una milonga campera
va saliendo campo afuera
lo mejor del sentimiento.

Ninguno debe pensar
que vengo en son de revancha;
no es mi culpa si en la cancha
tengo con que galopear.
El que me quiera ganar
hai' tener buen "parejero";
yo me quitare el sombrero
porque asi me han ense#ao,
y me doy por bien pagao
dentrando atras del primero.

Siempre en voz baja he cantao
porque gritando no me hallo.
Grito al montar a caballo
si en la ca#a me he bandeao.
Pero tratando un versiao
ande se cuenten quebrantos,
apenas mi voz levanto
para cantar despacito,
que el que se larga a los gritos
no escucha su propio canto.

Si la muerte traicionera
me acogota a su palenque,
haganme con dos rebenques
la cruz pa' mi cabecera.
Si muero en mi madriguera
mirando los horizontes,
no quiero cruces ni aprontes,
ni encargos para el eterno;
tal vez pasando el invierno
me de sus flores el monte !

Con la esperanza del ser amado;
con el alma estremecida,
que el canto es la abierta herida
de un sentimiento sagrado.
A nadie tengo a mi lado
porque no busco piedad;
desprecio la caridad
por la verguenza que encierra.
Soy como en leon de la sierra:
vivo y muero en soledad !

			De: Atahualpa Yupanqui

					(gracias a Enrique Garcia)