Las Dos Islas

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      Titulo del poema: "Las Dos Islas"
      Nombre del autor: Oscar Prada

Las dos islas

Yo estoy cual Robinson varado en esta isla,
hace ya diecisiete an~os despues del naufragio.
He construido una alta empalizada a mi alrededor
para protegerme de los ataques de enemigos
y bravas fieras que intenten devorarme.
Tengo aqui todo lo necesario para una vida placentera
y sin embargo ...

Muy cerca de mi isla existe otra.
La puedo ver todos los dias desde mi fortaleza.
Los dias calmos cruzo el pequen~o estrecho
que las separa y paseo por sus bosques.
Hace ya dieciseis an~os que lo hice por vez primera
y hoy puedo decir que conozco cada rincon de ella.

Hace poco tiempo he descubierto otra isla en la lejania.
La puedo divisar mejor a la hora del mediodia,
cuando el sol esta en su zenit y la ban~a con su luz.
Pareciera que podria tocarla con solo estirar mi brazo.
Pero por las tardes se aleja para desaparecer en el ocaso.

Si la primera isla me da la calma a mis fueros,
la segunda despierta mi espiritu aventurero.
Si a aquella la conozco casi por completo,
es esta una jungla cuya vegetacion encierra mil secretos.

He pensado en construir una balsa
para zurcar las aguas que nos separan.
Pero cual seria el desenlace de esta empresa tan osada?
Si las costas de ista isla son tan abruptas que impiden desembarque?
Si por el contrario, son tan bellas que de ellas quedo prisionero?
O si ya es de alguien?
O si mi balsa zozobra y pierdo todo lo que tengo?
Y con ello mi vida entera?

Despues de cinco meses de vivir obsesionado,
por el misterio de aquella isla intrigado,
un dia decidi que valdria la pena probar,
echarlo todo por la borda y hacerme a la mar.

Para construir mi barco arrase con mi lar,
tire abajo la empalizada y lo que fuera mi hogar.
Senti un nudo en mi garganta mas no pude llorar,
al pensar que quizas nunca fuera a regresar.

Negras nubes en el ocaso, anunciaban tempestad
mas no les hice caso y me eche a navegar.
Empujaba mi vela una suave y calida briza
y pense que pronto llegaria a aquella isla.

Estando muy cerca ya de sus playas encantadoras,
viendolas yo muy bellas y acojedoras,
encallo mi barca en el coral y la arena,
pudiendome zafar de ellos a duras penas.

Estaba yo en eso cuando desato la tempestad.
El viento azotaba mi vela en la oscuridad.
El agua enbravecida golpeaba mi cuerpo,
y ya no podia atracar en ningun puerto.

Cuando la lluvia amaino al amanecer,
pense que seria mejor tratar de volver
a lo que fuera mi hogar durante tanto tiempo,
si es que hallaba propicios los vientos.

Despues de varios dias de duro navegar
he podido, no sin esfuerzo, a mi tierra llegar.
Mucho trabajo he tenido en reconstruir mi morada,
pero ahora parece mas solida de lo que antes estaba.

La isla cercana, por cuyos parques paseaba
antes de que en mi la locura estallara,
esta mucho mas cerca despues de la tormenta,
y puedo asi apreciar aun mas su belleza.

De la otra isla el recuerdo solo queda.
Quizas otro marino conquistarlo pueda,
a ese lugar bello pero de costas ingratas,
que estara para siempre grabado en mi mapa.



				de Oscar Prada
				(gracias a Frank Christiny)