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LEOPOLDO LUGONES, (1874-1938). Escritor argentino nacido en 
Villa Maria del Rio Seco, es una de las maximas figuras del modernismo. 
Su prosa es una de las mejores del habla castellana. Su poesia es 
vigorosisima, repleta de imagenes y ritmos. Obras: Las motanas del oro 
(1897, saludada jubilosamente por Ruben Dario), Los crepusculos 
del jardin, Lunario sentimental, El libro de los paisajes, Romances del 
Rio Seco,  Odas seculares,  La guerra gaucha, Historia de Sarmiento, 
El imperio jesuitico.  Ahora, 4 de sus poesias: Salmo Pluvial, La Cachila, 
Alma Venturosa, Porque Senor?

        SALMO PLUVIAL
        -- TORMENTA --
Erase una caverna de agua sombria el cielo;
el trueno a la distancia rodaba su penon;
y una remota brisa, de conturbado vuelo,
se acidulaba en tenue frescura de limon.

Como caliente polen exhalo el campo seco
un relente de trebol lo que empezo a llover.
Bajo la lenta sombra, colgada en denso fleco,
se vio al cardal con vividos azules florecer.

Una fulminea verga rompio el aire al soslayo;
sobre la tierra atonita cruzo un pavor mortal;
y el firmamento entero se derrumbo en un rayo,
como un inmenso techo de hierro y de cristal.

        -- LLUVIA --
Y un mimbreral vibrante fue el chubasco resuelto
que plantaba sus liquidas varillas al trasluz,
o en pajonales de agua se espesaba revuelto,
descerrajando al paso su prodigo arcabuz.

Salto la alegre lluvia por taludes y cauces;
descolgo del tejado sonoro caracol;
y luego, alla a lo lejos, se desnudo en los sauces,
transparente y dorada bajo un rayo de sol.

        -- CALMA --
Delicia de los arboles que abrevo el aguacero.
Delicia de los garrulos raudales en desliz.
Cristalina delicia del trino del jilguero.
Delicia serenisima de la tarde feliz.

        -- PLENITUD --
El cerro azul estaba fragante de romero,
y en los produndos campos silbaba la perdiz.


        LA CACHILA

Un gemidito titila.
Por el aire, donde en vilo,
Como colgada de un hilo
Va subiendo la cachila.

Alla cerca ha hecho su nido,
De la huella que en el barro
Deja la mula del carro
Al pasar cuando ha llovido.

Y asi el pajarillo blando,
Entre el riesgo y el estruendo,
Vive volando y gimiendo,
Muere gimiendo y volando.


        ALMA VENTUROSA

Al promediar la tarde de aquel dia,
cuando iba mi habitual adios a darte,
fue una vaga congoja de dejarte
lo que me hizo saber que te queria.

Tu alma, sin comprenderlo, ya sabia. . . 
con tu rubor me ilumino al hablarte,
y al separarnos te pusiste aparte
del grupo, amendrentada todavia.

Fue silencio y temblor nuestra sorpresa,
mas ya la plenitud de la promesa
nos infundia un jubilo tan blando,

que nuestros labios suspiraron quedos . . .
y tu alma estremeciase en tus dedos
como si se estuviera deshojando.

        POR QUE SENOR?

Senor, si llenas cada hora
de fresca vida renovada;
si vistes de rosa la aurora
y de purpura la granada;

y en esteril vida senil
dejas la savia que florezca;
que aliente el tigre en su cubil
y en su red la arana se mezca:

por que no diste la ventura
a su pecho lleno de amor?
Por que la divina escultura
tan presto se rompe, Senor?
Era ella menos tu criatura
que la mas diminuta flor?



From: fabiana@me.titech.ac.jp (Fabiana del Carmen Reartes)