Milonga de Jacinto Chiclana 
 
 
Me acuerdo. Fue en Balvanera, 
En una noche lejana 
Que alguien dejó caer el nombre 
De un tal Jacinto Chiclana. 
 
Algo se dijo también 
De una esquina y de un cuchillo; 
Los años nos dejan ver 
El entrevero y el brillo. 
 
Quién sabe por qué razón 
Me anda buscando ese nombre; 
Me gustaría saber 
Cómo habrá sido aquel hombre. 
 
Alto lo veo y cabal, 
Con el alma comedida, 
Capaz de no alzar la voz 
Y de jugarse la vida. 
 
Nadie con paso más firme 
Habrá pisado la tierra; 
Nadie habrá habido como él 
En el amor y en la guerra. 
 
Sobre la huerta y el patio 
Las torres de Balvanera 
Y aquella muerte casual 
En una esquina cualquiera. 
 
No veo los rasgos. Veo, 
Bajo el farol amarillo, 
El choque de hombres o sombras 
Y esa víbora, el cuchillo. 
 
Acaso en aquel momento 
En que le entraba la herida, 
Pensó que a un varón le cuadra 
No demorar la partida. 
 
Sólo Dios puede saber 
La laya fiel de aquel hombre; 
Señores, yo estoy cantando 
Lo que se cifra en el nombre. 
 
Entre las cosas hay una 
De la que no se arrepiente 
Nadie en la tierra. Esa cosa 
Es haber sido valiente. 
 
Siempre el coraje es mejor, 
La esperanza nunca es vana, 
Vaya pues esta milonga 
Para Jacinto Chiclana. 
 
 
Jorge Luis Borges 
 
 
 

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