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ES OLVIDO

Juro que no recuerdo ni su nombre,
Mas morire llamandola Maria,
No por simple capricho de poeta:
Por su aspecto de plaza de provincia.
Tiempos aquellos! yo un espantapajaro,
Ella una joven palida y sombria.
Al volver una tarde del Liceo
Supe de la su muerte inmerecida,
Nueva que me causo tal desenganho
Que derrame una lagrima al oirla.
Una lagrima, si, quien lo creyera!
Y eso que soy persona de energia.
Si he de conceder credito a lo dicho
Por la gente que trajo la noticia
Debo creer, sin vacilar un punto,
Que murio con mi nombre en las pupilas,
Hecho que me sorprende porque nunca
Fue para mi otra cosa que una amiga.
Nunca tuve con ella mas que simples
Relaciones de estricta cortesia,
Nada mas que palabras y palabras
Y una que otra mencion de golondrinas.
La conoci en mi pueblo (de mi pueblo)
solo queda un punhado de cenizas)
Pero jamas vi en ella otro destino
Que el de una joven triste y pensativa.
Tanto fue asi que hasta llegue a tratarla
Con el celeste nombre de Maria,
Circunstancia que prueba claramente
La exactitud central de mi doctrina.
Pede ser que una vez la haya besado,
Quien es el que no besa a sus amigas!
Pero tened presente que lo hice
Sin darme cuenta bien de lo que hacia.
No negare, eso si, que me gustaba
Su inmaterial y vaga companhia
Que era como el espiritu sereno
Que a las flores domesticas anima.
Yo no puedo ocultar de ningun modo
La importancia que tuvo su sonrisa
Ni desvirtuar el favorable influjo
Que hasta en las mismas piedras ejercia.
Agreguemos, aun, que de la noche
Fueron sus ojos fuente fidedigna.
Mas, a pesar de todo, es necesario
Que comprendan que yo no la queria
Sino con ese vago sentimiento
Con que a un pariente enfermo se designa.
Sin embargo, sucede, sin embargo,
Lo que a esta fecha aun me maravilla,
Ese inaudito y singular ejemplo
De morir con mi nombre en las pupilas.
Ella, multiple rosa inmaculada,
Ella que era una lampara legitima.
Tiene razon, mucha razon la gente
Que se pasa quejando noche y dia
De que el mundo traidor en que vivimos
Vale menos que rueda detenida:
Mucho mas honorable es una tumba,
Vale mas una hoja enmohecida,
Nada es verdad, aqui nada perdura,
Ni el color del cristal con que se mira.
Hoy es un dia azul de primavera,
Creo que morire de poesia,
De esa famosa joven melancolica
No recuerdo ni el nombre que tenia.
Solo se que paso por este mundo
Como una paloma fugitiva:
La olvide sin quererlo, lentamente,
Como todas las cosas de la vida.

                Nicanor Parra


				(gracias a Guido Eytel)