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  VIERNES 9 de agosto de 2002 
 Noticias | Ciencia/Salud | Nota
Una teoría provocativa
Un astrofísico propone que la velocidad de la luz no es constante
Contradice las ideas de Einstein
  • Lo afirma Paul Davies, un investigador muy conocido por sus trabajos en cosmología, gravitación y física cuántica
  • Se basa en mediciones sobre la luz llegada de un cuásar distante
  • El astrofísico y escritor Paul Davies, conocido por sus investigaciones en torno de los agujeros negros y el comienzo del universo, acaba de lanzar una bomba teórica: en un trabajo publicado en el último número de Nature propone que una de las llamadas constantes del universo -la velocidad de la luz- no es tan constante después de todo. Una conjetura que, de probarse, haría temblar uno de los más bellos edificios conceptuales de la ciencia, la Teoría de la Relatividad.

    Según Davies, investigador del Centro Australiano para la Astrobiología, de la Universidad Macquarie, lejos de permanecer constante, la velocidad de la luz se fue haciendo más lenta a lo largo del tiempo.

    Su trabajo, realizado en colaboración con Tamara Davis y Charles H. Lineweaver, del Departamento de Astrofísica de la Universidad de Gales del Sur, surgió como una respuesta al enigma propuesto por un astrónomo de la Universidad de Gales del Sur, John Webb, hace algunos meses.

    Analizando la luz llegada de un cuásar distante (una estrella tenue que emite señales de radio situada en los confines del universo), Webb llegó a la conclusión de que, en su viaje de doce mil millones de años a la Tierra, ésta había absorbido ciertos fotones de nubes interestelares. Pero, he aquí la cuestión, no el tipo de fotones que predeciría la física actual.

    Según un informe distribuido por la Universidad Macquarie, Webb observó que la estructura fina , o alfa , de la luz del cuásar era alrededor de una millonésima parte más pequeña de lo previsto. La naturaleza constante de alfa subyace actualmente muchos de dogmas de la física, incluyendo la teoría de Einstein.

    Un colapso

    Davies se propuso ir más allá: investigó cuál de las dos constantes sobre las que está basada alfa, la carga del electrón y la velocidad de la luz, había variado a lo largo del tiempo.

    En primer lugar, descartó que hubiera sido el electrón, porque eso hubiera entrado en conflicto con otra de las leyes básicas del universo -la segunda ley de la termodinámica que, según dijo a Reuters, se podía resumir diciendo que "no se puede obtener algo a partir de nada"-. Llegó a esta conclusión al considerar las consecuencias de una variación de la carga del electrón en un agujero negro.

    Esto dejó a la velocidad de la luz -300.000 kilómetros por segundo, según lo aceptado hasta hoy- como única variable aceptable.

    "Los intentos de probar que las constantes universales no son tan constantes no son nuevos -explican los doctores Mario Castagnino y Alejandro Gangui, del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE)-. La historia es más o menos así: empezó cuando Paul Dirac, cuyo centenario se cumple casualmente hoy (por ayer), analizando la relación entre la fuerza gravitatoria y la fuerza electrostática que existe entre el protón y el electrón concluyó que había algo que no coincidía. Ya por los años cincuenta, conjeturó que algunas de las constantes del universo (por ejemplo, la gravitatoria) variaban en el tiempo. Desde entonces, hay un grupo de científicos que intenta confirmarlo."

    Según Castagnino y Gangui, Vittorio Canuto, profesor de la Universidad de Columbia y miembro del Centro Goddard, de la Nasa, quiso verificarlo experimentalmente utilizando una nave que había viajado a Marte, pero el resultado fue negativo.

    "Ahora, la constante de estructura fina se obtiene dividiendo la carga del electrón al cuadrado, por la constante de Planck, por la velocidad de la luz (que se designa matemáticamente con la letra C) -reflexiona Castagnino-. De esto puede deducirse que, si la constante de estructura fina es una función de C y varía, podría variar también C."

    Sin embargo, para Diego Harari, investigador de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, las cosas todavía no están tan claras.

    "En realidad, lo que sugieren las mediciones de Webb es que podría estar variando la intensidad de la fuerza electromagnética; dicho de otro modo, la fuerza entre los electrones podría ser un poquito menor -afirma Harari-. Digo sugieren , porque en este tipo de mediciones podría haber efectos que no fueron tomados en cuenta. Si esas mediciones efectivamente son correctas, porque no hay confirmación independiente, esa sería la interpretación convencional. No sé por qué Davies lo descarta."

    Mientras tanto, Davies -cuyos más de 25 libros lo convirtieron en un personaje muy frecuentado por los medios de comunicación masiva del Hemisferio Norte- aparentemente muy a gusto en su papel de iconoclasta, no vacila en lanzar apreciaciones controvertidas: "Esto significa dar de baja a la Teoría de la Relatividad, E=mc2 y todo eso", dijo en Londres. Y agregó que, si bien esto puede hacer colapsar muchas leyes de la física, también podría ayudar a resolver muchos enigmas, como por ejemplo por qué sitios lejanos del universo se encuentra a aproximadamente a la misma temperatura.

    "Si la velocidad de la luz varía, el Big Bang podría haber sido hace doce o quince mil millones de años -afirmó Davies-. La velocidad de la luz podría haber sido infinita en ese momento, lo que explicaría muchas cosas de nuestro universo actual."

    Ayer por la noche debe haber quedado rendido por el asedio de la prensa porque, ante la consulta telefónica de LA NACION, indicó al conserje del hotel londinense en el que se encontraba alojado que no deseaba aceptar llamadas.

    Por Nora Bär 
    De la Redacción de LA NACION

    http://www.lanacion.com.ar/02/08/09/sl_420874.asp
    LA NACION | 09/08/2002 | Página 10 | Ciencia/Salud
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